Hoy os traigo la receta más especial que he publicado en el blog hasta el día de hoy, y es que esta gran receta es de Carmina, la mamá de mi amigo César (Carcaixent,Valencia). Como bien sabéis me encantan todos los dulces típicos que tenemos en nuestro país, muchos de ellos me gustan tantísimo que hasta soy partidaria de que se hagan durante todo el año 😉 Aun así, intento no hacerlo para no terminar pesando 200 kilos y además así hacer que esa época en la que se elaboran sea más especial comerlos.
Esta receta de buñuelos de calabaza es la mejor que he probado nunca, y creedme, he comido tantos como he hecho en mi trayectoria como pastelera. Siempre he pensado que las mejores recetas de este mundo son las de las mamás y abuelas ya que llevan cocinando toda la vida para alimentar a su familia, y hasta día de hoy no me he equivocado. Es por eso que esta receta es tan magnífica, porque Carmina la lleva haciendo muchos años para su familia y yo he tenido el honor hace un par de años de comerlos en Fallas en su casa junto a un buen chocolate a la taza.
Desde aquí agradezco de todo corazón a Carmina por haber compartido esta receta conmigo y dejar que la ponga en el blog 🙂
Como ahora mismo en casa solo somos dos, esta receta es para unos 8-10 buñuelos, si queréis que os salgan más, solo tenéis que hacer el doble o el triple de la cantidad que os pongo aquí abajo.
Así de ricos y jugosos quedan por dentro estos buñuelos de calabaza.
Receta buñuelos de calabaza (para 8 – 10 unidades)
250 calabaza hervida
125 harina de repostería
caldo de calabaza (a ojo)
5 gr de levadura fresca
Elaboración
Lo primero que tenemos que hacer es hervir la calabaza cortada en trozos hasta que esté blanda. Cuando esté lista la sacamos, pasamos por agua fría y retiramos la piel (no tiramos el caldo de la calabaza). Una vez tengamos la calabaza en un bol la trituramos con un tenedor para que quede bien manejable. Agregamos un poco de harina, un poco de caldo y desmenuzamos la levadura fresca, mezclamos todo muy bien. Cuando todo esté bien unido agregamos el resto de la harina y vamos agregando caldo de calabaza poco a poco hasta que quede una masa ni muy líquida ni muy consistente, un término medio, y un pelín pegajosa. Tapamos con film transparente y dejamos que doble su volumen.
Yo los frío en aceite de girasol para que la calabaza siga siendo el sabor principal y no el del aceite de oliva.
Ponemos a calentar el aceite en una sartén a fuego medio y con las manos mojadas en agua coger un poco de masa haciéndole un agujero en medio antes de echarlo en la sartén. Cada vez que cojamos un buñuelo tenemos que tener las manos mojadas de agua ¡Que no se os olvide! 🙂
Vamos moviendo los buñuelos de calabaza por la sartén con la ayuda de una pala de madera o espumadera y cuando se hayan hinchado y lleven un rato en el aceite les damos la vuelta para que se hagan por el otro lado. En esta foto de abajo podéis ver que el de la derecha del todo está recién dado la vuelta.
Una vez lo sacamos del aceite lo dejamos escurrir en papel de cocina unos segundos y lo pasamos por azúcar o azúcar y canela ¡eso ya a gustos!
Aquí veis el interior del buñuelo lo jugoso que queda por la cantidad de calabaza que lleva la receta, además su sabor es increíble porque aprovechando el caldo donde la hemos hervido potencia muchísimo más su sabor.
Y como no podía faltar para acompañar estos ricos buñuelos ¡Una buena taza de chocolate!
A mi me gustan los chocolates a la taza espesos pero odio cuando lo pido en algún sitio y sabe demasiado a fécula… Es por eso que desde hace muchísimo tiempo, mi chocolate a la taza no lleva espesante y como podéis apreciar en la foto queda con una textura espesa y deliciosa gracias a la nata.
Receta chocolate a la taza espeso
Para mi chocolate a la taza para 2 personas, medir con las mismas tazas donde se va a servir.
3/4 de la taza de nata 21%
1/4 de la taza de leche
1 cucharada sopera de azúcar por persona.
1 cucharada sopera de cacao en polvo de buena calidad por persona también. (En el supermercado podéis encontrar cacao de la marca Valor)
1 chupito de coñac
Poner a fuego medio alto y mover con las varillas fuerte, cuando chapotee la primera vez retirar del fuego y agregar un chupito de coñac. Remover bien con las varillas y poner en el fuego de nuevo hasta el segundo hervor que ya estará espeso.
Si no os gustan los grumos de cacao (a mí me encantan) y quedan algunos, pasar la batidora. A este chocolate a la taza se le puede poner nata por encima si queréis, si no os gusta el alcohol no le pongáis el chupito, yo hay veces que que también le he echado un pelín de canela y queda delicioso.
¡Que disfrutéis de esta receta!
Seguro que estaban buenisimoss! Ahora por semana santa es una buena receta par coninar con mis hermanas!! 🙂
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Una receta interesante, tienen una pinta fabulosa los dulces me chiflan.
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